En estas semanas se cumplen 20 años de la elección que llevó a Néstor Kirchner a la presidencia de la Nación y de su posterior asunción el 25 de mayo de 2003. Día en el que, además, se cumplían a su vez cincuenta años de la asunción de Héctor Cámpora. Durante estos meses, desde Avión Negro abordaremos el tema desde distintas perspectivas, con diversas voces y miradas, estos dos hechos tan significativos para la historia de nuestro movimiento.
En este sentido, realizamos una primera entrega a fin de formular las mismas preguntas a militantes de distintos sectores sociales y políticos para, quienes entendemos que la llegada de Néstor al poder implicó en algún sentido, un cambio sustantivo.
En esta dirección, Nahuel Beibe, militante perteneciente a las organizaciones sociales, actualmente secretario general de la corriente Martin Fierro, responde en primera instancia. Más tarde lo efectúa, Ana Laura Mercader, fundadora y militante de HIJOS en la ciudad de La Plata, actualmente coordinadora del programa “Memoria es cultura” en la provincia de Buenos Aires. Y finalmente José Luis Casares, integrante del Sindicato Argentino de Docentes Privados (SADOP) y del Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA) en los noventa; hoy secretario general de la CGT, de la zona norte y actual presidente del Partido Justicialista en San Isidro.
Durante los 90 el espacio del cual formabas parte era un eslabón más de una estrategia general de resistencia de los sectores populares. Es así que nos preguntamos:
¿Qué cosas cambiaron con la llegada de Néstor kirchner al poder en este sentido?
Nahuel Beibe: Recuperamos la potencialidad del peronismo como movimiento político capaz de expresar el proceso de transformación en la Argentina. Eso implicó que nos pudiéramos integrar en un esquema mucho más amplio del que veníamos, donde muchas de las cosas que planteábamos comenzaban a estar en boca del presidente, resignificando una parte de nuestra militancia que paso de sostener comedores y reclamar planes sociales a pensar nuevamente en la construcción de mayorías identificadas con lo nacional.
Ana Laura Mercader: Néstor llego con más desocupados que votos y fue convicción, decisión y defensa de los intereses de un proyecto popular que fue por el que levantaron sus banderas de lucha nuestros padres y madres. Él lo dijo: “formo parte de una generación diezmada, castigada con dolorosas ausencias, me sume a las luchas políticas creyendo en valores y convicciones que no pienso dejar en la puerta de entrada de la casa rosada.”
José Luis Casares: Los piqueteros, las organizaciones de derechos humanos, el MTA y la CTA fueron las organizaciones que resistieron en la calle al menemismo. Sectores políticos por supuesto acompañaron y resistieron en esa especie de frente de la resistencia. Yo fui parte del MTA que lo integrábamos varios sindicatos como UTA y camioneros y tuvimos una actitud de lucha y de propuestas a través de varias organizaciones como el Instituto de Investigaciones Económicas del MTA liderado por Daniel Carboneto.
Néstor fue el emergente de todas esas luchas populares y cuando llegó al gobierno puso en práctica muchas de las propuestas de esos sectores que resistieron.
¿Cuánto tiempo crees que tardó en construirse una credibilidad dentro del sector en el que militabas hacia el discurso de Néstor?
Nahuel Beibe: Algunos lo hicieron muy rápido y otros nunca llegaron a comprenderlo. A nuestra organización le tomo algún tiempo porque veníamos de posiciones muy duras (por ejemplo el día de la elección presidencial no solo no fuimos a votar sino que nos movilizamos por el centro de la ciudad) y porque priorizamos tomar posición a través de la síntesis colectiva que se fue construyendo con una serie imparable de acontecimientos que nos interpelaban: el discurso de asunción del 25 de mayo, el acto en la ex Esma, las ocupaciones de la Shell para evitar el alza del combustible y finalmente la disputa con el duhaldismo en la Provincia de Buenos Aires. Y en el medio de eso las palabras de Fidel en las escalinatas de la facultad de Derecho diciendo que había que bancarlo y ahí sí que ya no podía haber dudas.
Ana Laura Mercader: Estábamos muy descreídos, veníamos de sobrevivir al estado neoliberal y no esperábamos demasiados cambios, sin embargo nunca bajábamos los brazos.
Néstor venía dando señales con los gestos de un dirigente al que no le daba lo mismo la clase trabajadora y los sectores populares, entendíamos que de todos modos eso podía ser la cascara de algo similar a lo que ya habíamos visto. Pero cuando pidió perdón en nombre del estado y bajo el cuadro de Videla muchos empezamos a ver que podían ser efectivos los juicios, que podía ser un gobierno que reparara en políticas de memoria verdad y justicia. Y Así fue. Hermanando, junto a otros presidentes, a los pueblos latinoamericanos, trabajando contra el desempleo y la pobreza, reduciéndola notablemente. Pagando la deuda externa y diciéndole no al ALCA, Néstor demostró que estaba cumpliendo el sueño de los 30000
José Luis Casares: Para nosotros fue automático a partir de qué las primeras medidas de Néstor fueron un aumento general de salarios, la reinstalación de las paritarias, la resolución del conflicto docente en Entre Ríos.
¿Crees que esos años implicaron un cambio de época para esos sectores?
Nahuel Beibe: Veíamos como los compañeros y compañeras que cobraban un plan social se fueron incorporando al trabajo y ya no era necesario organizarnos a partir de la comida. Ahí se fueron planteando nuevos desafíos sobre como pasar de una organización más reivindicativa y de acción directa a una que pudiera insertarse en la política y empezamos a armar nuestro partido para participar de las elecciones y a vincularnos de otra manera con el Estado. En todo ese proceso no dejamos nunca de pensarnos desde la clase ni aceptamos que la lógica institucional determine nuestra construcción de poder porque, así como valoramos todos los cambios positivos en la etapa, seguimos sosteniendo la necesidad de dar una pelea más a fondo que retomara los caminos de la revolución peronista interrumpida en 1955.
Ana Laura Mercader: Por supuesto que sí. Néstor y Cristina tomaron las decisiones políticas que les dieron resultado a tantos años de militancia y resistencia a los organismos. Sin los organismos y sin las políticas de los gobiernos kirchneristas no habríamos logrado hacer tanta memoria, no seriamos un ejemplo de lucha en todo el mundo, no se habrían condenado a los genocidas y no podríamos estar juzgando a las patas empresariales y civiles de la dictadura.
En esos años de mandato de Néstor, se deroga el decreto que ordenaba rechazar los pedidos de extradición solicitados por la justicia de terceros países a responsables de delitos de lesa humanidad, se produce la nulidad de las leyes de obediencia debida y punto final y el avance de las causas. La nulidad de los indultos y el cumplimiento de las condenas del juicio a las juntas. El programa de protección a testigos y el de verdad y justicia donde todos los poderes coincidieron en una agenda activa.
José Luis Casares: ¡Si! porque a partir de Néstor el movimiento obrero a través del compañero Moyano estuvo sentado en la mesa chica de las decisiones estratégicas de la Argentina.
Se refundaron sindicatos de sectores económicos que estaban casi desapareciendo como textiles, plásticos entre otros. Sindicatos volvieron a tener afiliaciones masivas a partir del modelo económico virtuoso de consumo y pleno empleo y un nivel de participación en la renta de casi el 50 por ciento.
¿Cómo viviste desde tu experiencia personal esos años y qué reflexiones podes hacer hoy a la distancia al respecto?
Nahuel Beibe: Para quienes empezamos a militar en los 90, pasar de la resistencia a la victoria como cantábamos en esos años, era sentir que podíamos hacer realidad toda por lo cual luchábamos incluso con dimensión regional por el entusiasmo que se expresaba en los festejos del bicentenario. A la distancia, y a modo de balance de aquellos años de gobierno popular, pienso que deberíamos haber sostenido la unidad del movimiento nacional, darle más poder a los sindicatos y a las organizaciones libres del pueblo, avanzar en reformas estructurales que permitan un mayor control estatal sobre la economía y proponer una nueva constitución que ponga la institucionalidad al servicio del pueblo.
Ana Laura Mercader: Cuando Néstor se fue de este mundo (porque Néstor no se murió) una amiga me llamo por teléfono para contarme, yo no pude mantenerme en pie, recuerdo que me senté en el piso y me puse a llorar, ni yo misma sabia cuanto lo quería, yo no era consciente de lo que significaba él para mí. Enseguida con mis hijos de la mano salimos a la calle, nos encontramos en un centro cultural que se llamaba Oesterheld, en la ciudad de La Plata activando nuestros corazones para despedirlo y defender en las calles, las políticas de Estado que con tanto amor por la patria, él supo conseguir.
José Luis Casares: En lo personal me sentía en la obligación de continuar con lo que era nuestra historia de lucha frente a la dictadura .Primero con Ubaldini y los sindicatos del grupo de los 25 la CGT Brasil, el MTA y la CGT disidente. Herederos de la CGT de los Argentinos con sus congresos de Huerta Grande y La Falda.
Mi reflexión es que el movimiento obrero argentino siempre hizo lo que el momento histórico le requirió y que no se puede juzgar la gloriosa historia del movimiento obrero argentino por la mala actitud circunstancial de un grupo reducido de dirigentes.
Siempre, pero siempre fue sujeto de la historia junto al pueblo argentino con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes.