Fue uno de los Cónclaves más rápidos de los últimos tiempos. Lo que indica la conformación de un consenso entre los cardenales, que en su mayoría fueron nombrados por el Papa Francisco. De esta manera, las tendencias convergieron en la necesidad de una continuidad con el legado y el perfil del anterior Papa.
Se trata de un religioso con década de trabajo misionero y pastoral en Perú y un activo participante de la vida de la Iglesia Latinoamericana. Por lo que su procedencia norteamericana está en un segundo plano; y no pareciera ser un factor determinante en el criterio de elección. En todo caso, si seguimos la lógica de su propia trayectoria: estamos ante una persona que dio sentido a su vida “saliendo del centro y yendo a la periferia”.
Es un Papa joven, Tiene 69 años. Esto genera la posibilidad de un pontificado largo. Por lo que podrá afianzar el rumbo del proyecto eclesial iniciado por su antecesor. A esto hay que sumarle el rol que Francisco le dio en el Vaticano nombrándolo -sucesivamente- Obispo, Cardenal, y prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina. Lo que le garantizó tener buena y habitual relación con todos los Obispos y Cardenales del mundo y un trabajo de animación pastoral focalizado en Latinoamérica.
Eligió el nombre de LEON XIV. A la espera que él mismo explique por qué ese nombre, podemos afirmarnos en lo que significó León XIII para la Iglesia. Se trata, ni más ni menos, del iniciador de la Doctrina Social de la Iglesia, con ese profético documento llamado “COSAS NUEVAS” (Rerum Novarum) que comenzó a leer los signos de la historia de un nuevo mundo, y profundizó el diálogo social que encaminó a la Iglesia hacia la Opción por Pobres y una práctica misionera y profética.
Vale dejar asentado lo que algunos arriesgan: que el nombre León puede guardar referencia a la relación entre Francisco de Asís y Fray León, uno de sus primeros seguidores que se convirtiera en su compañero cercano y un testigo privilegiado de la vida y enseñanzas del santo de Asís. Lo que reforzaría la voluntad de continuidad y profundización del mensaje del Papa argentino.
En la emoción de sus primeras palabras, no hay que dejar de prestar atención a las siguientes frases:
- “Este es el primer saludo de Cristo resucitado que ha dado la vida. El Buen Pastor que dio la vida por el rebaño de Dios. Yo también querría que este saludo entrase en nuestro corazón y llegase a vuestras familias, a todas las personas, estén donde estén. A todos los pueblos, a toda la Tierra”. Sostiene la dimensión ecológica integral de Francisco, presente en la Laudato Si.
- “Esta es la paz de Cristo resucitado. Una paz desarmada y una paz desarmante”. Evocación del último mensaje de Francisco -al que en seguida después nombra de manera explícita-, reafirmando la urgencia de la paz. No una paz débil y formal, sino desarmante, frente a la demencial carrera armamentística que alimenta esta auténtica tercera guerra mundial, denunciada por Francisco.
- “Recordamos y conservamos en nuestros oídos la voz débil pero siempre valiente del Papa Francisco (…) El mal no prevalecerá, vayamos adelante, unidos, Cristo nos precede (,,,) Ayudadnos también a ser vosotros, los unos con los otros, a construir puentes con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un único pueblo siempre en paz (,,,) caminar junto a vosotros como Iglesia unida, buscando siempre la paz, la justicia, buscando siempre trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo.
- Finalmente, es imposible no resaltar su saludo en español al pueblo Peruano en el que desarrolló gran parte de su actividad pastoral. Más aún sabiendo la expectativa que generaba un Papa estadounidense que maneja -obviamente- el idioma inglés, Los signos y los gestos son fuertes en la Iglesia.
Es el primer Papa perteneciente a la orden de San Agustín. “Soy un hijo de San Agustín, que ha dicho ´Con vosotros soy cristiano y por vosotros obispo´. En este sentido podemos todos caminar juntos hacia esta patria que nos ha preparado Dios”. Es el primer pontífice proveniente de dicha congregación, de la que además fue Superior General. Desde ese rol, ejercido por dos períodos constitutivos alentó el desarrollo de una acción pastoral centrada en la Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación y la Economía al servicio de la Justicia Social. Impulsando, además, la presencia de la Orden, con fuerte participación de laicos y laicas, acompañando y promoviendo a las comunidades más vulnerables.
Tal vez ayude saber que la Orden fue integrada desde sus orígenes (en el siglo XIII) por frailes mendicantes que vivían en la absoluta pobreza regidos por las Reglas de San Agustín que dicen:
- No consideren nada como propio, sino que tengan todo en común. En cuanto al alimento y al vestido, que lo distribuya a cada uno el Prior, no con criterios de igualdad, porque no todos tienen idéntica salud, sino conforme a la necesidad de cada cual. Pues así dice en los Hechos de los Apóstoles: Tenían todas las cosas en común y se distribuían a cada uno según su necesidad.
Recepción Argentina
Los primeros momentos fueron complejos. Se decía que estábamos ante un Papa norteamericano, que además tomaba el nombre de León. El propio presidente Milei y su triste ejército de perros comunicadores que agitan estos datos, se animaron a postear una imagen del nuevo pontífice caracterizado como un león y el primer mandatario garantizó su presencia en la asunción papal.
Es claro que el presidente argentino cambió -al menos en lo gestual- su posición frente a la figura del líder de la Iglesia. Quedaron atrás los tiempos en los que lo caracterizaba como el “maligno en la tierra” y un agente comunista.
La muerte de Francisco y el anuncio de León XIV lo encuentran en una actitud más cercana (¿?). Veremos qué pasa cuando el nuevo Papa comience a explicitar su mensaje pastoral y social. Más allá de la banal similitud entre el nombre y el ícono mileista de corte leonino, hay que recordar el mensaje central de la encíclica Rerum Novarum del viejo León XIII: la necesidad de un Estado presente para equilibrar la fuerza insensible del mercado y el imprescindible valor de la Justicia Social como factor de integración social, resaltando -además- el rol fundamental de los sindicatos.
