—Solo Elija.
—Bueno, necesito saber qué estamos eligiendo aquí.
—Usted necesita elegir. Yo no puedo hacerlo por usted. Si no, no sería justo.
—Yo no aposté a nada.
—Sí, lo ha estado haciendo toda su vida. Solo que no lo sabía.
Sin lugar para los débiles. 2007.
En los cierres de lista, momentos clave de la política si los hay, existen dos planos a considerar que se entrelazan y se superponen haciéndose a veces indivisibles, pero sin dejar de ser dos dimensiones con sus propias reglas: por un lado; se juega la representación de proyectos políticos con anclajes en (disculpen la antigüedad) sectores económicos y sociales con sus identidades y subjetividades y por otro se ponen a prueba todas las habilidades y miserias de los individuos y los colectivos en el arte de “ser” clase política. El poder y la picaresca. Un “mézclum” donde lo trascendente de lo político y las apetencias individuales de la política se hacen lienzo y pintura a la vez. Como en la película The Purge, todo está permitido en ese sprint final de 24/36 horas de operaciones a cielo abierto.
“Es el mejor trato que le puedo ofrecer. No le digo que se puede salvar, porque no puede”
Es muy difícil no ceder a la tentación de centrar el análisis político en los aspectos cuantitativos para saber quienes son los “ganadores y perdedores” del cierre; el folcklore de los salvados y los heridos, nota periodística de ocasión que no puede faltar en ninguna redacción seria. En ese sentido hay un dato duro que resulta del sugestivo arriado express de la bandera “lista única o muerte” que se enarboló para combatir la postulación de Daniel Scioli: Las PASO de la flamante Unión Patriótica será entre dos fuertes opositores al último gobierno que Cristina asume como propio sin beneficio de inventario; el del 2015.
—Tengo un mal presentimiento, Llewelyn.
—Yo uno bueno. Eso equipara las cosas.
Cerca estuvo de no ser así a partir del anuncio de la candidatura de la formula Wado-Manzur. Y aquí viene un dilema en el análisis que reviste cierta importancia: ¿fue una fórmula ficticia lanzada para ganar tiempo para la verdadera negociación (que la base kirchnerista se tomó muy en serio) o la triple alianza entre Alberto, Massa y los gobernadores le impusieron al cristinismo sus candidatos? Como en el Derecho, la mitad de la biblioteca sostendrá una interpretación y la otra mitad, lo opuesto. La vida dirá, no ya quién tuvo razón (faltaba más seguir siendo creyente de esa religión) sino quién tiene la fuerza suficiente para imponer una lectura y hacerla realidad efectiva.
—Dejame preguntarte algo. Si la regla que seguiste te trajo hasta aquí, ¿de qué sirvió la regla?
Donde la experiencia sí debería imponer una lectura unánime, es sobre la muerte de la teoría del presidente teledirigido. No funcionó para un dirigente sin caudal electoral, también opositor al 2015 y que antes de 2019 no podía aspirar a algo más que a una embajada… por lo que entendemos que nadie tiene el derecho a esperar que funcione con el animal político Sergio Tomás Massa, por más que ahora sea “Sergio”.
Siempre se paga demasiado. Sobre todo por las promesas. No existe promesa que sea una ganga.
Un dato interesante fueron los dos fenómenos notables y casi simultáneos hacia adentro del espacio identificado con la ex presidenta que las redes sociales recogieron e hicieron visibles; la expectativa que generó el anuncio de Wado de Pedro y el inmediato rechazo a la postulación del líder del frente Renovador. ¿Alguien podría pensar, parafraseando a Agustín Rossi, que hay más kirchnerismo en la gente que en los dirigentes?
—¿Cómo dormiste?
—No sé, tuve sueños.
—Ahora tienes tiempo para eso. ¿Algo interesante?
—Siempre lo son para los involucrados.
Otro interrogante es la potencia electoral del ministro de economía que navega una crisis rara, con una inflación tan alta como la actividad económica, con niveles de pobreza inaceptables y récords de consumo. No poco tendrá que ver la marcha del acuerdo con el FMI, la actitud del “circulo rojo” respecto a las operaciones con reservas y divisas y las medidas que se tomen o no para con una base social golpeada y decepcionada. También, obviamente, (los adversarios también juegan) dependerá de a quién tenga que enfrentar por parte de la oposición. Es mucho lo que hay que remar pero el peronismo sueña. Y aunque nada es irreversible, tampoco hay nada irremontable y lo sabe. Claro, cuando hace un gobierno peronista.
Dany crack!
Siempre es un placer leer tus análisis, gran abrazo Compañero ✌🏻