La resistencia
Cuentan varios relatos personales —no hay correlato en los diarios de la época, pero es fácil entender por qué— que la Resistencia comenzó el mismo día del golpe.
Se cuenta además que, específicamente el día 23 de septiembre cuando Lonardi asumió la presidencia y tras la desconcentración de la multitud reunida en Plaza de Mayo, ocurrieron algunos incidentes de consideración: por ejemplo, cuenta Jorge Chiesino, un conservador de Avellaneda, que como el camino desde la capital hacia la provincia era un caos, con su familia debieron regresar por el Puente Uriburu. Los Chiesino volvían de saludar al nuevo presidente y, cuando ya estaban sobre la avenida Pavón, se topan con efervescentes, inquietos y ofendidos manifestantes peronistas. “Yo era chico —recuerda Jorge—, viajaba en la parte trasera del auto y de pronto veo cómo nos pintan con una especie de brea todo el vidrio del coche”.
Otro vecino insiste en la tensión que se vivía sobre esa avenida y relata un cuadro tremendo: “Recuerdo que avanzaban por Pavón las columnas que volvían de la Plaza haciendo flamear por las ventanillas de los autos las banderas argentinas y uruguayas, ¡en ese momento se usaba mucho hacer esto!”.
“¡Viva la Libertad!” y “¡Cristo Vence!” fueron los cantos utilizados en forma provocadora por aquellos que de un modo u otro se oponían al líder peronista.
“Fue cuando los que pasaban comenzaron a vociferar ¿Dónde están los obreros de Perón? que, de un lado al otro de la calle, uno y otro bando empezaron a tirarse piedras o lo que encontraban a mano”.
La historia continuó y hubo revancha. “Me acuerdo que sobre los postes de luz —precisa este avellanedense—, que en aquel entonces eran de madera, los peronistas pusieron la foto de Perón y Eva. Alguien paró a un automovilista de estos que venían gritando, lo hizo arrodillar frente a los retratos y con una especie de brea o algo similar les pegaban estampitas sobre la cabeza”.
Los resistentes en los barrios
Cientos de peronistas comenzaron en forma inmediata la búsqueda de caminos para hacer algo, lo que fuera, contra la dictadura. Necesitaban demostrarse a ellos mismos y al conjunto del pueblo que el peronismo no estaba terminado. De inmediato tuvieron claro que el objetivo de cualquier accionar sería uno: luchar por el regreso de Perón. Por ello, la primera consigna extendida a lo largo del país fue el Perón Vuelve. No hubo, por lógica, alguien que comenzara a convocar a los peronistas a organizarse y a luchar. Lo que sí hubo fueron algunos hombres más inquietos que otros, hombres que sentían que la historia podía estar también en sus manos y por eso se propusieron reunir a otros peronistas para organizarse ¿A organizarse en qué y para qué, en concreto? Eso no lo sabían ni ellos. Pero había que empezar por juntarse y conversar.
Así empezó la resistencia.
“Nosotros nos empezamos a juntar en la carpintería de Parisi que estaba por la calle Villegas, casi en la esquina con Centenario Uruguayo —comenta Rubén Machado, haciendo referencia al legendario y pequeño establecimiento que tenía Antulio Parisi en Villa Dominico—. Tomábamos unos mates, conversábamos de lo que estaba pasando, de las noticias, y tratábamos de ver qué podíamos hacer. Ahí nos juntábamos con Grimaldi, con Escolá, con Fito Valle, con Raimundo Villaflor y con otros. Poco después frecuentamos también el taller mecánico de Diego López que estaba por Mitre, frente a la comisaría de Luján. Creo que ahí lo conocí a Zubiri (…)”.
Estas reuniones casi espontáneas entre amigos peronistas que no podían quedarse con los brazos cruzados, sin duda se repitieron en el país por cientos. Pero sí, decimos que al principio no hubo ninguna convocatoria central para resistir.
El presente relato forma parte del libro La Resistencia y el General Valle de Enrique Arrosgaray, Punto de Encuentro (2016).
Aclaro que fue la UTN de Avellaneda
Aclaro que ha sido la UTN Avallaneda
Un enormeamigo, investigador serio y pensante.
De un compromiso histórico y cultural.
Injustamente echado de la UNAv por algun arribista remeroso.
Su nombre, en la zona, es sinónimo de derechos humanos.
Danirl Brion