ISSN 2953-5050
13-10-2025 - 12:02
Avión Negro
  • Con textos
  • Cultura
  • Latinoamérica
  • Historias militantes
  • Galería
  • Podcast
  • El avión
    • EL MITO
    • TRIPULACIÓN
No hay resultados
Ver todos los resultados
Avión Negro
  • Con textos
  • Cultura
  • Latinoamérica
  • Historias militantes
  • Galería
  • Podcast
  • El avión
    • EL MITO
    • TRIPULACIÓN
No hay resultados
Ver todos los resultados
Avión Negro
No hay resultados
Ver todos los resultados
Home Latinoamérica / Gorda divina

“LOS 20 AÑOS DE NO AL ALCA: NUESTRA REGIÓN ANTE UN NUEVO PANORAMA MUNDIAL”

Amanda BarrenengoaporAmanda Barrenengoa
22 septiembre, 2025
en Latinoamérica / Gorda divina
0
Compartir en FacebookCompartir en TwitterCompartir en Whatsapp

Presentación

En el siguiente artículo se propone reflexionar y construir algunas preguntas con motivo del vigésimo aniversario de aquel hito histórico de rechazo al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) en la ciudad de Mar del Plata, Argentina. En diálogo con los debates actuales acerca de nuestra región en un contexto mundial de grandes y vertiginosas transformaciones, se destacan tres elementos centrales que nos permiten construir una visión del mapa latinoamericano actual.

En primer lugar, la materialidad de la presencia de China en nuestra región latinoamericana y caribeña, que, de manera paulatina pero sostenida, se ha acercado económica, financiera, política, diplomática y culturalmente a la mayoría de los países, desde inicios del siglo XXI. No solo por su condición de primer o segundo socio comercial, sino también, en su rol de inversor, de promotor de megaproyectos de infraestructura de largo plazo[i], y por los mecanismos diplomáticos e institucionales mediante los cuales profundiza su acercamiento a toda la región.

En segundo lugar, el endurecimiento de la posición de EE.UU. para con su “patio trasero”, en paralelo a la erosión de su posición como principal potencia unipolar del siglo XX. Posición que supo ostentar por el poder que construyó mediante la fuerza y el consenso; hoy en plena crisis y resquebrajamiento.

En tercer lugar, las importantes transformaciones que América Latina y el Caribe han atravesado a la par de estos procesos, teniendo en cuenta su historia y sus especificidades. Estas reflexiones buscan jerarquizar y volver el foco a la pregunta por la integración regional, en un contexto mundial de grandes cambios que se expresan en nuestra región de manera singular.

 

Los BRICS y la construcción de un horizonte

Cuando abordamos los BRICS, es importante subrayar que no se trata de un bloque que pueda compararse con la Unión Europea, o el Mercosur. Se trata de un espacio de concertación entre Estados heterogéneos cuyo rasgo específico es que logra articular distintas zonas del mundo en tiempos de transición hegemónica mundial[ii], es decir, en momentos donde el equilibrio de poder entre las civilizaciones occidentales y orientales está cambiando (Arrighi, Silver, 2001). Surgido en 2009 con Brasil, Rusia, India y China, y en 2010 con Sudáfrica, este espacio sostiene desde su origen la búsqueda de participar en espacios multilaterales, y aumentar su representatividad buscando reformular el sistema internacional, a la vez que aportando nuevas herramientas de gobernanza.

Es a partir de los años 2013 y 2014 cuando se puede observar cierta consolidación de su posición geopolítica a raíz del lanzamiento de dos instrumentos claves: el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) para el financiamiento de proyectos de infraestructura en zonas emergentes, cuya presidencia está a cargo de Dilma Rousseff; y el Acuerdo de Reserva Contingente (ARC) en tanto red de seguridad financiera para la estabilidad y liquidez de los países del BRICS (Vadell, 2019)[iii]. Podemos verlo en espejo con instituciones resultantes de los Acuerdos de Breton Woods como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Es decir, como una posible alternativa más plural al orden institucional y financiero que devino luego de la Segunda Guerra Mundial, y que hoy está siendo cuestionado.

Asimismo, las últimas cumbres nos muestran un espacio que busca consolidarse institucionalmente y crecer a través de la incorporación de nuevos países, lo que se conoce como BRICS+ (“plus”). Además de los miembros que le dan sus siglas, a partir de enero del año 2024 se incorporaron en calidad de miembros plenos seis países más: Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Indonesia y Arabia Saudí[iv]. Es decir, la perspectiva de crecimiento del BRICS es visible por el aumento de sus miembros, pero también por la relevancia económica mundial que algunos adquirieron en las últimas; principalmente India y China. En este sentido, ha funcionado como mecanismo para favorecer distintas estrategias de sus miembros, entre los cuales se destacan Rusia, China y la India. Brasil, por su parte, y Sudáfrica, también han podido utilizar este foro para potenciar su visibilidad internacional, aunque con otras singularidades propias de las oscilaciones en sus políticas exteriores (Giaccaglia, 2019)[v]. Por ejemplo, ante las sanciones a Rusia luego de la guerra en Ucrania en 2022, se puso el foco en la posibilidad de comercializar entre los miembros con sus propias monedas, evitando el dólar estadounidense. Si bien es aún incipiente y tuvo bastante protagonismo en la Cumbre en Kazan (Rusia) en 2024, bajo el nombre de “BRICS Pay”, ya Rusia y China liquidan en yuanes y rublos la mayor parte de su comercio bilateral. Esto podría implicar una alternativa al sistema de pagos mediante el dólar, junto con el fortalecimiento del comercio intra BRICS, ambos en detrimento de la posición de liderazgo de EE.UU.

En síntesis, bajo un espíritu plural se ensayan distintos mecanismos alternativos a la institucionalidad de un orden de carácter unipolar que hoy se está resquebrajando. La pregunta que se desprende es si el orden emergente sostendrá la multipolaridad relativa que expresan los BRICS y las potencias emergentes que lo conformaron originalmente -hoy ya reconvertidas en jugadores de peso global que buscan construir gobernanza por fuera de los márgenes del orden occidental.

Por ello, lejos de tratarse de un agrupamiento homogéneo con intereses coincidentes, algunos de los principales puntos de su agenda a futuro ponen de relieve una diversidad de actores en búsqueda de un horizonte común. Lo cual resulta difícil de construir entre tantos Estados (y tan heterogéneos), pero a su vez, constituye su fortaleza ante otros ámbitos de concertación. Ahora bien, dicho horizonte está atravesado por la situación de transición hegemónica, que tiene como una de sus expresiones las limitaciones de las instituciones multilaterales para resolver problemas comunes con una mínima representatividad global. Para graficar y profundizar esto, considero oportuno ahondar en los tres elementos que fueron presentados al inicio.

 

EE.UU. se “cierra” y China se expande “abriéndose”

Hace apenas nueve meses que Donald Trump asumió su segunda presidencia de los EE.UU., y lo que podemos observar de su política exterior para con la región latinoamericana y caribeña es el endurecimiento de su posición mediante el uso de distintos instrumentos de coerción, o, como se conoce históricamente, mediante la “política del garrote” -últimamente sin ofrecer zanahorias.

Uno de los ejemplos que ilustran esto es la cuestión arancelaria, que ocupa un lugar central hace ya tiempo en su agenda proteccionista. Así, algunas políticas que ya se implementaron en su administración anterior (2017-2020) y que continuó Biden, se profundizan, pero con un dato importante: ha cambiado el contexto y ha ido en aumento el proceso de erosión tanto de su liderazgo a nivel global como de su crisis a nivel interno.

En el mes de febrero de 2025 lanzó una serie de aumentos de aranceles que incluyó a 185 países con los que comercializa, destacándose un 25% contra México y Canadá (que luego fueron suspendidos). A esto se sumó la aplicación de un 10% de aranceles a las importaciones de productos chinos y luego, durante el mes de abril redobló la apuesta anunciando un 104% de tarifas a los productos chinos, junto con otros porcentajes para 185 países[vi]. Sin embargo, la respuesta china fue rápida y contundente, con una batería de medidas en sectores estratégicos, y con un mensaje en contra de la intimidación y el condicionamiento económicos, y en defensa de su soberanía y seguridad[vii].

En el mismo sentido, luego de la cumbre de los BRICS, lanzó un nuevo intento de condicionamiento hacia Brasil, con lo que se conoció como el “tarifazo”. La imposición de un arancel del 50% a la importación de productos brasileños fue anunciada poniendo como argumento central en una carta pública el proceso judicial contra el expresidente Jair Bolsonaro (aliado político del presidente estadounidense) por haber protagonizado un intento de golpe de estado luego de su derrota en las elecciones de 2022. La administración Trump apuntó contra el poder ejecutivo de Brasil y, también, contra las máximas autoridades del poder judicial de Brasil, que en su momento avalaron el encarcelamiento del propio Lula da Silva. Es decir, la injerencia en asuntos internos resulta sin precedentes y opera como condicionamiento político a un proceso judicial. Además, Trump se dirigió directamente a los empresarios brasileños y a las empresas que puntualmente abastecen al mercado estadounidense[viii]. Respecto de los principales afectados, se trata de productos claves para el mercado estadounidense, como café, celulosa, jugo de naranja, sebo de bovino, soja, trabajos de ebanistería o carpintería, madera perfilada, otras sustancias proteicas, carne bovina industrializada, etc. Lo cual compone parte del sector de agronegocios brasileño, ubicado en la región del Estado de São Paulo.

Por su parte, el presidente Lula da Silva aprovechó la guerra tarifaria impuesta por Trump para consolidar la defensa de lo nacional y volver a un discurso que supo monopolizar el bolsonarismo, buscando también reforzar su imagen en vista a las elecciones presidenciales de 2026. También el vicepresidente Gerardo Alckmin, muy ligado al empresariado paulista, tuvo un protagonismo central en las negociaciones con los empresarios brasileños más afectados.

Un caso emblemático que sirve para ilustrar tanto la dinámica y reconfiguración del mapa del poder mundial como las transformaciones del propio mapa latinoamericano es el de los empresarios del café afectados por el tarifazo. Para 183 empresas brasileñas que exportaban a EE.UU., el aumento de aranceles les permitió cambiar de clientes y reforzar los vínculos de lo que ya es una asociación estratégica entre Brasil y China. Es decir, pasaron de venderle a EE.UU. a venderle a China, profundizando aún más el vínculo comercial entre ambos, y evitando tener que depender de los condicionamientos impuestos por la potencia norteamericana. De esta manera, si los valores históricamente asociados al poder unipolar estadounidense tuvieron que ver con el libre mercado, la competencia, la “libertad” y la apertura comercial, se transitan tiempos donde paradójicamente el propio EE.UU. intenta endurecer y condicionar a sus socios comerciales con políticas que -en este caso- terminan siendo capitalizadas por China. No sólo pregona un nacionalismo proteccionista, sino que también, en este caso, termina forzando posicionamientos de países como Brasil que no hubiesen confrontado de manera directa con EE.UU., siguiendo su tradición diplomática de autonomía y diversificación (Barrenengoa, 2025). Pero el mundo cambió, y las reconfiguraciones se expresan también en el mapa de la infraestructura y el comercio.

En este sentido, la antesala del tarifazo fue la Cúpula de los BRICS en Río de Janeiro, que tuvo como “frutilla del postre” el anuncio oficial del proyecto de Corredor Ferroviario Transoceánico que conectaría la costa este brasileña del Puerto de Açu o Ilhéus con la costa del pacífico mediante el Puerto de Chancay, inaugurado en Perú recientemente, y símbolo de las grandes inversiones chinas en infraestructura estratégica en la región (la propiedad del puerto es en un 60 % de la estatal china Cosco Shipping y en un 40 % de la minera privada peruana Volcán Compañía Minera). El corredor reduciría el tiempo de traslado de productos de más de 40 días a menos de 30, según los primeros estudios. Forma parte de las mega obras y proyectos de infraestructura que Beijing viene impulsando con su Iniciativa de la Franja y la Ruta BRI (Belt and Road Iniciative), que nace en 2013, pero en 2017 se incorpora la región latinoamericana y caribeña, y que nos permite pensar la infraestructura en su sentido geopolítico. Como parte de esta iniciativa, ya son 140 los países de Asia, Europa y África que la integran, donde se concentra alrededor del 70% de la población mundial, 55% del PIB mundial y 75% de las reservas de gas y petróleo del planeta.

El desarrollo de Corredor Transoceánico generaría mayor autonomía relativa de Brasil frente a Washington, quien ve como una “amenaza para su seguridad nacional” a las inversiones en infraestructura de China. Además, esto ocurre en tiempos donde, como parte del endurecimiento de su posición y de su declive, EE.UU. busca controlar el canal de Panamá y el estrecho de Magallanes (las dos vías de conexión interoceánicas del continente) para reforzar su hegemonía hemisférica. La relevancia para Brasil no solo proviene de la posibilidad de conectar tres sistemas ferroviarios internos, sino también porque conecta su territorio con el Pacífico, región clave para la economía mundial hoy.

Asimismo, refleja la expansión del ascenso de China a nivel mundial, y en específico, su acercamiento a los distintos países de nuestra región en las últimas dos décadas. Entre 2005 y 2023 se realizaron 268 proyectos de infraestructura en la región, concentrados en los sectores de energía y transporte, con una inversión total de $USD112.817 millones de dólares, generando más de 770mil empleos (Monitor de la infraestructura china en AL y el Caribe, Dussel Peters, 2024). Esto implica una propuesta que desestabiliza y desequilibra el histórico rol de las empresas del Norte Global, reconfigurando el mapa económico, productivo y tecnológico. De hecho, si miramos Sudamérica, el principal socio comercial de la región es China. Observemos también cómo China se consolida en la propia región euroasiática.

 

La Cumbre de la OCS y la consolidación euroasiática

Entre el 1ro y el 3 de septiembre, se realizó la cumbre n°25 de la Organización para la Cooperación de Shanghái (OCS), en un contexto de escalada de la guerra arancelaria de Trump, que contribuyó en el acercamiento de la India a China y Rusia. Se trata de la primera organización regional multilateral que nació en el año 2001, en el corazón de Eurasia, como cristalización de la estrategia de China y Rusia de avanzar hacia un mundo multipolar. El «espíritu de Shanghái» refería a la ciudad china donde se creó y a los valores de amistad, cooperación y prosperidad regional que esta busca garantizar.

Su expansión en momentos geopolíticos clave da cuenta del reequilibrio de poder a favor de un mundo multipolar. En 2015 iniciaron su incorporación India y Pakistán, en 2021, comenzaron las negociaciones con Irán, que finalmente se suma en 2022, y en 2024 se incorporó Bielorrusia. En el evento participaron más de 20 jefes de Estado, incluidos los líderes de Rusia, China, la India, Turquía, Irán, Corea del Norte, Pakistán, así como el secretario general de la ONU, António Guterres, y 15 dirigentes de países socios —como Egipto y Malasia. También participó en representación de Brasil el excanciller Celso Amorim (hombre clave de la política exterior para Lula) lo que indica la relevancia internacional del encuentro y la consolidación de la OCS como una de las principales plataformas multilaterales del espacio euroasiático, y más allá de este, con una proyección global.

La ciudad portuaria de Tianjin fue la sede de los encuentros, uno de los cuatro municipios bajo dirección central del estado chino. No sólo es una ciudad de enrome relevancia político estratégica, sino también simbólica. Espacios de esa ciudad fueron ocupados como “concesiones” por parte de las potencias extranjeras encabezadas por el Imperio Británico durante el siglo de humillación que comenzó con la primera guerra del opio (1839-1842). La cumbre de la OCS en Tianjin refuerza la idea del Fin del Siglo de Humillación que marca a la República Popular china desde 1949. A su vez, el evento coincidió con una imponente celebración por el 80 aniversario de la victoria sobre Japón en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa (1937-1945) y el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Varias cosas se pueden decir acerca de lo que expresaron las imágenes, del significado de las reuniones, y de lo que la declaración formal indica en este contexto mundial al que se viene haciendo referencia. En primer lugar, la cumbre tuvo una fuerte impronta china, que nos permite observar cómo Beijing se ha vuelto un actor central de la diplomacia mundial, con cada vez mayor protagonismo en la promoción de ámbitos alternativos a aquellos tutelados por las potencias occidentales. En segundo lugar, China, India y Rusia, junto a otros países, están rediseñando el mapa de Eurasia, fortaleciendo su política de integración y posicionándose mundialmente a partir de esto. Por eso tuvo un peso específico la presencia de la India, ilustrada por la foto de los tres líderes: Putin, Xi Jimping y Narendra Modi. Asimismo, Xi y Modi se reunieron un día antes, el domingo 31 de agosto, indicando que China e India son socios, no rivales, y en que, en lugar de verse como amenazas, pueden verse como posibilidades de desarrollo mutuo, al tiempo que mantienen la lógica competencia. Esto ocurre luego de la imposición de aranceles por parte de Donald Trump a las importaciones desde la India del 50%, bajo pretexto de que la compra petróleo a Rusia; es decir, apuntando directamente a su autonomía político-estratégica. Al mismo tiempo, la cercanía que se mostró entre Putin y Xi Jinping inquieta aún más a EE.UU. por sus intentos fallidos de acercarse a Rusia para alejarla de Beijing y por el debilitamiento de su poder relativo.

En tercer lugar, estos eventos suceden en simultáneo con las reiteradas demandas (como en la última cúpula de los BRICS) ante Trump y los líderes europeos por reformar la ONU y sus instituciones. Lo cual refuerza la idea de que las instituciones vigentes no logran dar respuesta a los problemas actuales, tanto por incompetencia como por falta de autoridad en el ejercicio del derecho internacional. De allí el carácter multipolar que muestran tanto los BRICS como la OCS, buscando conformar una posición de mayor jerarquía para el Sur Global, y una estructura internacional diversificada con una gobernanza más equilibrada entre occidente y oriente.

Por último, se expresó la preocupación por la escalada de violencia en Medio Oriente y se condenaron enérgicamente los ataques militares realizados por Israel en Irán el 13 de junio de 2025[ix]. De esta manera, para la construcción de una mirada acerca de la situación internacional actual no podemos perder de vista la constitución de espacios de concertación que buscan fortalecer y consolidar su rol en el mapa de poder mundial desafiando la hegemonía occidental, entre los cuales se destacan los BRICS y la OCS. Dicho impulso se expande por todo el Sur Global, relanzando el “espíritu de Bandung”, de autodeterminación, soberanía, no injerencia y paz, pero en un nuevo contexto e incluyendo a la región latinoamericana.

 

América Latina a 20 años del No al ALCA

Los distintos elementos que aquí se recuperan nos permiten observar una reconfiguración del mapa del poder mundial, con varios elementos para destacar. El espíritu de estos tiempos nos muestra el avance, mediante distintos procesos, de propuestas con un carácter multipolar, que genera tensiones con EE.UU. ante la pérdida de su posición histórica de subordinación en un orden mundial que está crujiendo. Asimismo, es posible resaltar la revitalización de la región euroasiática con un rol central por parte de China.

En este marco, ¿qué lugar tiene nuestra región latinoamericana y caribeña? ¿Cómo podemos situar los procesos de integración y autonomía regional en medio de estas transformaciones? Es aquí donde emerge la complejidad de pensarnos regionalmente en un mundo donde la fragmentación y la subordinación han sido la regla para el conjunto del Sur Global. De allí que pensar en clave de Sur Global nos lleva a tener en cuenta la reemergencia de este concepto durante el presente siglo (Lechini, 2009, 2012).

La idea de “Cooperación Sur- sur” fue parte de una agenda internacional que buscó relacionar entre si zonas del mundo relegadas, como África, América Latina y Asia. La categoría de Sur y Sur Global acarrean una vasta historia de pensamiento latinoamericano. Con los procesos de independencia de África y Asia durante la segunda posguerra, la noción de Sur va a ser incorporada en el ámbito de las Relaciones Internacionales para referir a aquellos países que transitaron la dominación y el colonialismo europeo (Lechini, 2012). En términos geopolíticos, es a partir de la Conferencia de Bandung (1955) cuando la idea de Tercer Mundo como grupo de países comienza a utilizarse oficialmente. Lechini (2009) destaca los procesos a partir de los cuales se fue configurando cierta institucionalidad que vio reflejada la posibilidad de alianza entre distintos países del Sur, como el Movimiento de Países No Alineados, el surgimiento del Grupo de los 77 en 1964 y otros ámbitos de concertación política que fueron surgiendo al calor de la Guerra Fría Así, los vínculos de cooperación Sur- Sur emergieron para contrastar la situación de desventaja que sufrían los Estados en el sistema internacional.

Ahora bien, las potencialidades de recuperar un espíritu de Bandung que incorpore a nuestra región se enmarcan en un mundo que se ha transformado sustancialmente. De allí la insistencia en la construcción de una mirada que pueda contener los principales elementos de dichos cambios, y cómo estos desafían el pensamiento latinoamericano. Por ello, situamos estas preguntas sobre la integración regional en un marco más amplio y heterogéneo de Sur Global.

Luego del No al ALCA en 20025, se conjugaron, a partir de diferentes caminos, proyectos de integración que buscaron sostener estrategias de autonomía para una región periférica que venía sufriendo las consecuencias y los límites de la hegemonía neoliberal. Con sus contradicciones, se pudo avanzar a nivel regional, tanto mediante la UNASUR, como la CELAC, el ALBA y con la reorientación del MERCOSUR, en la ampliación de los márgenes de maniobra y en la pluralidad de agendas de integración -además de la tradicional visión económico comercial. A estos proyectos los acompañaron en distintos Estados, proyectos nacionales y populares que tuvieron también el foco en la soberanía e integración regionales, y que fueron sosteniendo un impulso común hasta la primera década y media del siglo.

Ahora bien, transitando la pandemia fue más evidente la agudización de la situación de crisis mundial y transición, tanto por la pérdida de relevancia del Norte Global para dar respuesta a la situación, como por la emergencia de nuevos actores con centro en Asia Pacífico que -mediante la diplomacia y la competencia de las vacunas- pusieron de manifiesto la situación de declive relativo del occidente geopolítico. Desde ese entonces, una mirada general y rápida de la región latinoamericana nos arroja una situación de fragmentación, y una dificultad por volver a recuperar agendas en común que puedan ser sostenidas en el tiempo ante un nuevo escenario mundial.

Por su parte, la presencia de China, que se traduce también en su acercamiento mediante instrumentos diplomáticos, se revela materialmente en la transformación de nuestro mapa económico productivo, con la cada vez mayor presencia de empresas asiáticas, junto con las inversiones productivas, los mecanismos financieros, la tecnología y el comercio digital, los megaproyectos de infraestructura entre varios otros indicadores. Esta situación material nos obliga a reactualizar la mirada y generar nuevas preguntas. ¿Cómo podemos pensarnos como región en el marco de estas dinámicas de transición y de inestabilidad hegemónica? ¿Cómo sortear la bilateralización de los vínculos con China y apuntar a una relación que posibilite negociaciones en tanto bloques regionales? En síntesis, cómo evitar una situación de periferialización y cómo recuperar la senda de un proyecto de desarrollo propio.

Por otro lado, ante el endurecimiento de la agenda de política exterior estadounidense en general, pero más enfáticamente con su “patio trasero”, ¿cómo serán las consecuencias de la pérdida de su poder para nuestra región? ¿De qué manera pueden aprovecharse las contradicciones en el seno del propio EE.UU.? ¿Qué consecuencias tiene la disputa con China para nuestro propio desarrollo? ¿Cómo salir de la encrucijada en la que estamos con un proyecto de desarrollo autónomo, soberano y latinoamericano?

Es con estos elementos claves de la época que nos toca vivir con que es posible volver a poner el foco en las potencialidades que este tiempo histórico inaugura para nuestros procesos de integración regional y desarrollo, y así hacer honor este vigésimo aniversario.

 

Referencias bibliográficas

*ARRIGHI, Giovanni y SILVER, Beverly (2001), Caos y Orden en el sistema-mundo   moderno, Barcelona: Akal. Introducción.

*BARRENENGOA, Amanda (2025). La Cooperación Sur- sur desde la política exterior brasileña : los vínculos entre Brasil y Africa durante los gobiernos de Lula da Silva. En H. Dupuy, J.C.Margueliche, H. Patronelli (Coords.), Africa: escenarios posibles y emergentes. Un abordaje en tiempos de urgencias para repensar el continente. (pp. 110-126). La Plata : Universidad Nacional de La Plata ; EDULP. https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/libros/pm.7199/pm.7199.pdf

*GIACCAGLIA, Clarisa (2019). A diez años de BRICS: eclipse occidental, renacer asiático. Temas y Debates, (38), 63-91. Recuperado de https://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1853-984X2019000200003&lng=es&tlng=es

*DUSSEL PETERS, Enrique. (2024). Monitor de la infraestructura china en América Latina y el Caribe 2024. RED ALC-China. Recuperado de https://www.redalc-china.org/monitor/images/pdfs/menuprincipal/Dussel_Peters_Monitor_Infraestructura_2024_ESP.pdf

*LECHINI, Gladys. (2012) Reflexiones en torno a la Cooperación Sur- Sur en Morasso C. y Pereyra Doval G. Argentina y Brasil: proyecciones internacionales, Cooperación Sur- Sur e integración, 1ª ed, Universidad Nacional de Rosario Editora.

*LECHINI, Gladys. (2009) La Cooperación Sur- Sur y la búsqueda de autonomía en América Latina: ¿mito o realidad? Relaciones internacionales UNAM, num 12.

*VADELL, Javier (2019) La iniciativa BRICS y China: entre la emergencia y la irrelevancia, Nova econ. 29 (2) • May-Aug https://doi.org/10.1590/0103-6351/5410

[i] La magnitud de las inversiones chinas en infraestructura a nivel mundial es tal, que sus principales bancos (públicos) China Development Bank y Exim Bank of China (Banco de exportación e importación) ya superaron al BID, al Banco Mundial y al Banco de Exportaciones e Importaciones de EE.UU. en su volumen de financiamiento.

[ii] Arrighi y Silver refieren a otros momentos de transición hegemónica mundial en el siglo XVII, de la hegemonía holandesa a la británica, y a finales del siglo XIX e inicios del XX, de la británica a la estadounidense.

[iii] Se sugiere ver la Declaración de eThekwini, Durban, Sudáfrica, 27 de marzo de 2013, http://www.brics.utoronto.ca/docs/130327-statement.html

[iv] Argentina estuvo a punto de incorporarse en el año 2023 junto con el resto de los países que lo hicieron en agosto en la Cumbre de Johannesburgo (Sudáfrica), pero el cambio en la orientación de política exterior del gobierno de Javier Milei en diciembre del mismo año hizo que el presidente entrante anunciara mediante una carta a Luiz Inácio Lula da Silva su renuncia. Lo cual dio una contundente señal del giro geopolítico y el alineamiento directo a los EE.UU. de Donald Trump, clausurando la posibilidad de diversificación de la agenda de política exterior argentina. Asimismo, en 2024 Vladímir Putin indicó que más de 30 países querían ser parte de los BRICS.

[v] En el caso de Brasil, durante el período 2016- 2022, bajo la presidencia de Michel Temer luego del golpe parlamentario a Dilma Rousseff, y durante los cuatro años de gobierno de Jair Bolsonaro, la política exterior atravesó tiempos de repliegue en términos del regionalismo autónomo, y se buscó un alineamiento más directo con EE.UU. Sin embargo, esto no significó su retiro del BRICS. Se recomienda ver Merino, Barrenengoa (2024) “La re-emergencia del Lulismo: ¿Hacia una segunda ola nacional y popular en Brasil?”, Cuestiones de Sociología; 28, https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.16294/pr.16294.pdf

[vi] Se estableció un 10% de tarifa mínima sobre importaciones sumado a una tasa adicional en proporción al superávit comercial de esos países con EE.UU.

[vii] Como contrapartida, Beijing impuso un 34% de aranceles a los productos estadounidenses (y siguió replicando de forma recíproca frente a la escalada de Trump) , suspendió las importaciones avícolas de dos empresas (Mountaire Farms of Delaware, Inc. y Coastal Processing, LLC), detuvo las importaciones de sorgo y restringió las exportaciones de 7 tierras raras críticas para el sector tecnológico civil y militar estadounidense (una de las cartas centrales de China que produce el 60% de las tierras raras y refina más del 80%). Además, lanzó una investigación antidumping sobre los tubos de rayos X de TC médicos de EE. UU. y la India, dictaminó controles a la exportación de tecnología hacia EE.UU. a 16 empresas, y lanzó una investigación a la empresa DuPont por presuntas violaciones anti monopolio, entre otras medidas. Para más información sobre la respuesta de China se recomienda ver Xinhua, 5/4/25 “La posición del gobierno chino frente al abuso de aranceles por parte de Estados Unidos” https://h.xinhuaxmt.com/vh512/share/12482228?docid=12482228&newstype=1001&d=134ff25

[viii] Mientras se escribe este artículo, Jair Bolsonaro es condenado por el Supremo Tribunal Federal de Brasil a 27 años de prisión por intento de golpe de Estado, por liderar una organización criminal armada, abolir violentamente el Estado democrático de derecho; por intento de golpe de Estado; daños calificados por violencia y amenaza grave; y deterioro del patrimonio protegido. Junto a él, siete otros coautores también fueron condenados.

[ix] Ver Statement of the Shanghai Cooperation Organization Regarding Military Strikes on the Territory of the Islamic Republic of Iran (2025) https://eng.sectsco.org/20250614/1861649.html

 

 

 


[1] La magnitud de las inversiones chinas en infraestructura a nivel mundial es tal, que sus principales bancos (públicos) China Development Bank y Exim Bank of China (Banco de exportación e importación) ya superaron al BID, al Banco Mundial y al Banco de Exportaciones e Importaciones de EE.UU. en su volumen de financiamiento.

[1] Arrighi y Silver refieren a otros momentos de transición hegemónica mundial en el siglo XVII, de la hegemonía holandesa a la británica, y a finales del siglo XIX e inicios del XX, de la británica a la estadounidense.

[1] Se sugiere ver la Declaración de eThekwini, Durban, Sudáfrica, 27 de marzo de 2013, http://www.brics.utoronto.ca/docs/130327-statement.html

[1] Argentina estuvo a punto de incorporarse en el año 2023 junto con el resto de los países que lo hicieron en agosto en la Cumbre de Johannesburgo (Sudáfrica), pero el cambio en la orientación de política exterior del gobierno de Javier Milei en diciembre del mismo año hizo que el presidente entrante anunciara mediante una carta a Luiz Inácio Lula da Silva su renuncia. Lo cual dio una contundente señal del giro geopolítico y el alineamiento directo a los EE.UU. de Donald Trump, clausurando la posibilidad de diversificación de la agenda de política exterior argentina. Asimismo, en 2024 Vladímir Putin indicó que más de 30 países querían ser parte de los BRICS.

[1] En el caso de Brasil, durante el período 2016- 2022, bajo la presidencia de Michel Temer luego del golpe parlamentario a Dilma Rousseff, y durante los cuatro años de gobierno de Jair Bolsonaro, la política exterior atravesó tiempos de repliegue en términos del regionalismo autónomo, y se buscó un alineamiento más directo con EE.UU. Sin embargo, esto no significó su retiro del BRICS. Se recomienda ver Merino, Barrenengoa (2024) “La re-emergencia del Lulismo: ¿Hacia una segunda ola nacional y popular en Brasil?”, Cuestiones de Sociología; 28, https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.16294/pr.16294.pdf

[1] Se estableció un 10% de tarifa mínima sobre importaciones sumado a una tasa adicional en proporción al superávit comercial de esos países con EE.UU.

[1] Como contrapartida, Beijing impuso un 34% de aranceles a los productos estadounidenses (y siguió replicando de forma recíproca frente a la escalada de Trump) , suspendió las importaciones avícolas de dos empresas (Mountaire Farms of Delaware, Inc. y Coastal Processing, LLC), detuvo las importaciones de sorgo y restringió las exportaciones de 7 tierras raras críticas para el sector tecnológico civil y militar estadounidense (una de las cartas centrales de China que produce el 60% de las tierras raras y refina más del 80%). Además, lanzó una investigación antidumping sobre los tubos de rayos X de TC médicos de EE. UU. y la India, dictaminó controles a la exportación de tecnología hacia EE.UU. a 16 empresas, y lanzó una investigación a la empresa DuPont por presuntas violaciones anti monopolio, entre otras medidas. Para más información sobre la respuesta de China se recomienda ver Xinhua, 5/4/25 “La posición del gobierno chino frente al abuso de aranceles por parte de Estados Unidos” https://h.xinhuaxmt.com/vh512/share/12482228?docid=12482228&newstype=1001&d=134ff25

[1] Mientras se escribe este artículo, Jair Bolsonaro es condenado por el Supremo Tribunal Federal de Brasil a 27 años de prisión por intento de golpe de Estado, por liderar una organización criminal armada, abolir violentamente el Estado democrático de derecho; por intento de golpe de Estado; daños calificados por violencia y amenaza grave; y deterioro del patrimonio protegido. Junto a él, siete otros coautores también fueron condenados.

[1] Ver Statement of the Shanghai Cooperation Organization Regarding Military Strikes on the Territory of the Islamic Republic of Iran (2025) https://eng.sectsco.org/20250614/1861649.html

Amanda Barrenengoa

Amanda Barrenengoa

Amanda Barrenengoa es Dra. en Ciencias Sociales, Socióloga y Docente en la Facultadde Humanidades y Cs. de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata.Trabaja en el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Cs. Sociales(Conicet) e integra diferentes grupos de investigación sobre temáticasvinculadas con la integración latinoamericana y la emergencia de China. Es integrante del programa de radio De Gira Mundial.

Deja un comentario Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Avión Negro

Editor responsable Avión Negro SRL, Presidente Perón 975, Morón.
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Licencia Creative Commons

ISSN 2953-5050

Seguinos

  • INICIO
  • EN LA TEMPESTAD
  • EL CONVENTILLO
  • GORDA DIVINA
  • MAR DE FUEGUITOS
  • AL VER VERÁS
  • PODCAST
  • EL MITO

© 2022 - avión negro

No hay resultados
Ver todos los resultados
  • INICIO
  • CON TEXTOS
  • CULTURA
  • LATINOAMÉRICA
  • HISTORIAS MILITANTES
  • GALERÍA
  • PODCAST
  • EL AVIÓN
    • EL MITO
    • TRIPULACIÓN
ISSN 2953-5050

© 2022 - avión negro

Welcome Back!

Login to your account below

Forgotten Password?

Retrieve your password

Please enter your username or email address to reset your password.

Log In

Add New Playlist

-
00:00
00:00

Cola

Update Required Flash plugin
-
00:00
00:00