Hacemos otro usted, para usted (un bello clon)
Los mejores vinos que hay
En el súper nunca están
Los dueños de la leyenda ellos son
Los que joden tu placer
Tu cuerpo falso se ve mal
Como casi todo hoy…
… Barrio bonito, barrio cuidado
La moderna soledad
Barrio sereno y custodiado
La compasión allí no está
Marea brava, marea oscura
Y la guardia, ¿Dónde está?
“El martillo de las brujas (Malleus maleficarum)”
Carlos “el Indio” Solari, 2018
PRELUDIO
Esta segunda entrega de las aguafuertes ricoteras, pretendía cerrar un primer círculo de preguntas que (nos) abrimos en la primera entrega. Pese a que, para algunos, la misma pueda haber sido quizás muy sesgada y teñida de una forma particular de comprender y sentir el peronismo, sabemos que hay diversas maneras de hacerlo, y esta es la nuestra. En cualquier caso, esa es justamente una de nuestras principales virtudes y, para algunos, uno de nuestros peores defectos: el de ser un movimiento heterogéneo y no un clásico partido en el cual se impone una sola interpretación/cosmovisión de la realidad/el mundo/nuestro país y sus problemas.
¿Pero qué es un Movimiento? Es la integración dentro de un todo, de decenas, o cientos de partes que dejan de ser simples fragmentos inconexos de la realidad para transformarse en una fuerza única que empuja en una misma dirección, que no es otra en nuestro caso que la de la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Patria. Eso es así en potencia durante los momentos de retroceso o empate, pero es realidad efectiva en los momentos de avance y conquista de derechos sociales, políticos, económicos y culturales.
La coyuntura actual más allá de la complejidad de la situación económica y política tanto a nivel nacional como internacional, nos obliga, aunque sea en cierta medida a tientas, a ordenar las ideas, a intentar definir prioridades, a imaginar cursos de acción posibles de las cosas. No con actitud de pitonisa, sino de caminante precavido y decidido a su vez, es que entonces vamos a plantear ciertos ejes de discusión, tomando como en la entrega anterior, títulos de canciones de los redondos como disparadores. Así mismo, la urgencia de los hechos políticos de los últimos días nos hicieron dudar respecto de la actualidad y la pertinencia de todo lo que he expuesto en el medio de la urgencia. Habiendo releído algunas veces este artículo, decidimos, sin embargo publicarlo sin cambios mas allá de este párrafo y el final.
1 – FUEGOS DE OCUTBRE (1986)
Hay que ganar. No es lo mismo tener el control del Estado que no tenerlo, lo comprobamos entre 2015 y 2019 y, sobre todo, lo comprobó nuestro Pueblo. Por más deteriorado que esté el aparato estatal por una parte y por más dudas que nos generen algunos de los posibles candidatos de cara a octubre, hay una sola cosa de la cual no hay dudas: hay que ganar. Todo lo que se pueda y donde se pueda. La presidencia de la Nación. La Gobernación de la provincia de Bs As. Las bancas en las legislaturas nacionales, provinciales y municipales (aunque quizás no nos gusten todos los integrantes de las listas). Todas las provincias que se puedan ganar, todos los municipios que se puedan ganar. Esa es una de las principales tareas de todo militante del Movimiento Nacional y Popular desde aquí hasta octubre. Retener el máximo de poder estatal que sea posible retener a partir del 11 de diciembre de este año. Porque ese poder estatal por pequeño que parezca en relación a otros poderes será un poder que se le habrá restado al enemigo para la próxima coyuntura, sea esta cual sea.
El escenario será el que logremos construir en este contexto, seguramente ni el ideal ni el peor que podamos imaginar. La etapa que comienza a partir de diciembre será una nueva etapa y queda entre otras cosas en nuestra voluntad y en nuestra pericia, que la misma no se transforme en un fin de ciclo corto o largo, como vaticinan y desean algunos personeros del régimen, sino, en una instancia más, con nuevas características de la historia de ese gigante invertebrado del que nos sentimos parte. Hagámonos cargo de la responsabilidad que nos cabe.
2- SALANDO LAS HERIDAS (1991)
Cristina en el Teatro Argentino dijo que cuando hablo de que cada uno debía usar su bastón de mariscal, no era para que se lo utilizara contra otro compañero. Las heridas internas son profundas. Negarlo sería una estupidez, ya que implicaría partir de un diagnóstico erróneo, lo que nos llevaría a soluciones ilusorias. Algunas responsabilidades están claras, y la realidad no nos ayudó, nuestro gobierno asumió cargando con una mochila de esperanzas a las cuales en gran parte defraudó, sea por la razón que sea. La pandemia. La guerra. La sequía. Existieron, es verdad, pero eso por sí solo no explica nuestro fracaso y la situación en la que nos encontramos hoy que nos obliga a extremar la inteligencia y la generosidad política. Si queremos que nuestro movimiento no se convierta en un vago de mil caravanas, a punto de quedar a pie, tenemos que hacer lo imposible por reconstruir los lazos internos entre los distintos sectores políticos y sociales.
Tenemos que recuperar la idea de movimientismo y ponerla más en práctica que nunca. No somos ni un partido socialdemócrata, ni uno liberal. Tampoco somos el Partido Único de la Revolución, somos un Movimiento Nacional y tenemos que hacerle honor a nuestra historia en un momento crítico. El mundo está cambiando de manera acelerada, y lo que está en disputa, en gran medida, es si la transición hacia una nueva etapa civilizatoria la conduce una élite esclava de los intereses más concentrados, o lo hacemos, con todas nuestras contradicciones y complejidades, nosotros mismos, no jodamos más. El artefacto es imperfecto, pero lo perfecto es enemigo de lo bueno.
A su vez, otro algo a reconstruir, otra herida a salar es entre nuestro Movimiento y el Pueblo. Nuestros compañeros se sienten frustrados, y con razón. El peronismo no nació para generar pobreza y empeorar las condiciones de vida de los sectores populares. Pero eso fue lo que pasó. No podemos mirar para otro lado ni pretender una campaña en la cual no enfrentemos los problemas reales de nuestra gente, haciendo puro márquetin y sin hablarle a nuestro Pueblo de lo que le sucede cotidianamente. Esta campaña tiene que ser una instancia de diálogo como hace tiempo no tenemos con nuestras bases, debemos escuchar y no solamente hablar, debemos convencer, pero tenemos que comprender. Sin dialéctica entre la dirigencia, la militancia y el Pueblo, no hay futuro.
3- TAREA FINA (1991)
La Argentina que viene no va a tener problemas simples, pese a las posibilidades que objetivamente nos brinda el contexto internacional en el mediano plazo. Sin embargo, la campaña de cara a las elecciones de este año tiene que ser una oportunidad de definir cuáles son los puntos mínimos que tenemos en común. Porque los seguimos teniendo. Tenemos que definir algunos tópicos fundamentales de cara al futuro, aunque parezca difícil llegar a una síntesis. ¿Cómo nos vamos a parar frente a los organismos financieros internacionales? ¿Qué alineamiento vamos a tener en el nuevo escenario geopolítico que se inicia? ¿Qué controles vamos a ejercer sobre nuestros recursos naturales, sobre los nuevos minerales estratégicos, sobre la energía, sobre las telecomunicaciones y sobre el comercio exterior? ¿Qué posición vamos a tener frente a extractivismo?
Todos esos tópicos tenemos que abordar. Y también otros quizás menos conflictivos como la forma de concebir el federalismo, la necesidad de abrigar a los más humildes, o la noción de que el problema fundamental de la Argentina está ligado a la concentración de recursos en pocas manos. También, seguramente, nos vamos a poner de acuerdo rápidamente respecto de la centralidad del Estado como factor ordenador de la economía y la vida social, o respecto de la necesidad de una matriz productiva diversificada, pero que no atienda solo a las exportaciones, sino también al mercado interno. Por último, con algunos matices, todos sabemos que es imprescindible una profunda reforma institucional, fundamentalmente de este poder judicial, esclavo de los poderes facticos. Definir mínimos ejes programáticos entre los distintos actores y sectores para saber en qué estamos de acuerdo y en qué no lo estamos, con el objetivo de llegar a una síntesis, y a planificar tácticas y estrategias que nos permitan avanzar en el sentido que acordemos.
Miremos al bloque histórico al que nos enfrentamos, y tomaremos conciencia de cuál es el “nosotros” que nos contiene. Tenemos que definir el “para qué” de ese “nosotros”, porque no podemos asumir la agenda del enemigo como propia, ni podemos ir con miedo a las discusiones estructurales que tenemos que dar de cara a la Argentina que viene. Nuestro proyecto político nos trasciende como individuos, y excede nuestro presente. Son décadas, siglos quizás de una cultura política que en el territorio que habitamos se enfrentó a los poderosos de turno, tengan el color que tengan. López Murphy lo define bien. Lo dijo en un tweet hace un tiempo. “son ellos o nosotros”. Pensemos en espejo y sabremos de qué lado de la mecha nos encontramos. Ese “ellos”, del que el Bulldog se siente parte, implica ese bloque de poder que fue capaz de cometer dos genocidios y bombardear a su propia población. Sabemos que no tienen pruritos ni límites, y lo están demostrando en esta coyuntura con nuevas herramientas. El “nosotros”, de este lado, implica, como decíamos, ese movimientismo que integra distintas miradas con un gran objetivo en común. Pero hay que definir claramente el para qué y el cómo, en esta nueva etapa. Como viene insistiendo Cristina, un programa político, una estrategia, una táctica y una forma de funcionamiento. Hay que poner las cartas sobre la mesa y definir las reglas del juego de nuestro movimiento.
4- ROTO Y MAL PARADO (1985)
El Estado tal como lo conocemos es un producto de la modernidad y se ha pensado desde distintas perspectivas, siempre desde esa modernidad. Como aparato represivo. Como escenario de disputa. Como expresión de un contrato social. Pero más allá de los debates teóricos, como dijimos antes, los peronistas lo concebimos desde nuestro nacimiento como el eje estructurante de la política, la economía y la vida social. El enemigo, incluso pese a su discurso anti estatal, siempre utilizó al mismo como garante del orden injusto que quiso imponer y como gendarme de sus propios intereses y privilegios.
Hoy ese Estado que surgió en nuestro país a finales del siglo XIX y se consolidó a mediados del siglo pasado, está indiscutiblemente en crisis. Es un aparato que funciona mal y lento, y es cuestionado fuertemente por derecha y por izquierda. Sin embargo, pese a todos sus defectos y a todo lo que podamos mejorarlo en nuestro futuro imaginado, sigue siendo la única herramienta posible de control de la política sobre la economía y, por consiguiente, de defensa de las condiciones de vida de los sectores populares.
La derecha en todas sus variantes discute la existencia del Estado como tal, ya sea con un discurso moderado o radicalizado. Desregulación. Apertura. Dolarización. Flexibilización. Liberalización. Son palabras que los que tenemos algunos años ya conocemos y sabemos hacia donde nos llevan. Y una discusión de fondo que se da de cara a las próximas elecciones es esa: la existencia, el tamaño o la inexistencia del Estado y el rol del mismo. Esto le tiene que quedar claro a nuestro Pueblo durante la campaña. El achicamiento o corrimiento del Estado es menos seguridad, menos educación, menos salud. En suma, menos derechos y peores condiciones de vida para todos.
Como decíamos al principio, hay que ganar y hay que mantener el control del Estado. Pero a su vez, hay que reconstruirlo y repensarlo de cara al futuro, en todas sus instancias y dimensiones, este Estado, destruido por el macrismo y profundizada su crisis por la pandemia, además de funcionar mal, es un Estado que ya no puede dar respuesta al conjunto de problemáticas que nos plantea la realidad. Hay que integrar al debate y a la gestión del mismo a todos los sectores sociales y sus representantes. Gremios, Organizaciones Sociales, actores políticos, religiosos, culturales, económicos, etc. Defender el Estado, hoy implica necesariamente repensarlo para reconstruirlo.
5- YO, CANIBAL (1993)
En el reino de los caníbales, Hannibal Lecter es rey. La figura temeraria revulsiva y provocadora del momento político es Javier Milei. El expresa, por un lado, una tendencia global que se da en los países centrales y periféricos del “llamado mundo occidental” respecto de outsider cuasi fascistas que son expresión del desencanto ante una democracia cada vez más impotente para generar bienestar. Esa bronca, a su vez, en nuestro país está acentuada por la frustración que sufre un pueblo que, desde hace ocho años no deja de sentir que sus condiciones de vida desmejoran, gobierne quien gobierne. Que esta sensación se haya acentuado en un gobierno peronista hace que esta bronca cale mucho más hondo en los sectores populares que siempre esperaron lo contrario de nuestro Movimiento. Asimismo, la figura de este runfla que se disfraza de lo que sea con tal de generar un título y que se auto denomina desvergonzadamente como el ultimo Punk, pese a expresar todo lo contrario de lo que expresó en su momento esta contra cultura, tanto en Europa como en Las Américas, muestra un elemento más que completa una terrorífica trilogía en la que se combinan ese neo-fascismo de ciertos sectores del establishment, que pretenden disfrazarse de anti sistema, siendo ellos mismos el sistema, con la bronca de vastos sectores sociales, y con un tercer elemento, que es la cultura del individualismo extremo que se verifica en el conjunto de la vida social: en la cultura, en la economía, en el deporte, y también en la política, entre varios etc.
Menudo triunfo cultural del neoliberalismo, que este individualismo se exprese de manera generalizada en todos los ámbitos, incluso en nuestras filas. El movimientismo del que hablábamos se torna de difícil aplicación en este contexto, pero es al mismo tiempo uno de los pocos remedios para enfrentarlo. Aunque parezca una pelea contra molinos de viento y aunque nos choquemos mil veces contra la pared, no podemos dejar de intentarlo. Lo colectivo como idea, como forma de estar en el mundo, lo diverso, lo distinto al propio yo y al propio ombligo, es lo único que nos salva de ese neoliberalismo que se expresa en el individualismo, pero también en la facciosidad permanente. Hay que recuperar la capacidad de objetivar la política, de pensarla no solo desde la propia perspectiva y la del sector o grupo al que pertenecemos, sino de intentar comprender e incluir la mirada del otro. Para enfrentar al “yo caníbal”, la única alternativa que tenemos es el nosotros.
6- ROPA SUCIA (1989)
La contra cara del canibalismo, que expresa esta etapa del neoliberalismo, es la cultura del descarte. Y esta cultura como en el caso del canibalismo antes referido se expresa en todas las dimensiones de la vida social. Hoy el capitalismo no contiene al conjunto de la población ni como parte de la categoría de los explotados, como lo sostienen muchos. El Papa Francisco lo dice de diversas maneras, pero es permanente su mención a los excluidos y, a la injusticia y a la cultura del descarte. La idea fuerza de que todo ser humano tiene derecho a TIERRA, TRABAJO y TECHO, más allá de sus implicancias en la política local, es un concepto que expresa un piso, un mínimo de derechos desde el cual construir un mundo que sea habitable y vivible.
Por otro lado, la crisis ambiental, aunque el poder concentrado tienda a relativizarla, es consecuencia directa también de esta cultura del descarte y de una sociedad de consumo que hoy parece irresponsablemente bailar en la cubierta del Titanic con el iceberg a la vista de todos. Si esto no cambia, la humanidad retrocederá miles de años en cuanto a condiciones de vida, y este no es el peor de los escenarios imaginables.
¿Qué hacemos desde nuestro país y desde nuestro movimiento respecto de todo esto? Como mínimo, y en principio, como dijimos mas arriba y como viene sosteniendo Cristina, plantearnos un programa político que dé cuenta de estas problemáticas y que proponga una estrategia de desarrollo que, por un lado, no profundice en formas de producción que destruyen nuestro habitad; y por el otro, integre al conjunto de la población en la economía, en la política, en la cultura, etc. Esto implica planteos a nivel regional e internacional, pero también mirar hacia adentro de nuestras fronteras y preguntarnos cómo, tal cual lo planteábamos antes, (re)pensamos un Estado que sea capaz de contener toda la diversidad de sujetos parciales que componen a nuestro Pueblo. “Movimientismo2.0”, podríamos llamarle. Nuestra clásica tradición, adaptada a esta nueva realidad y puesta a construir un Estado que se piense desde el aquí y el ahora con toda la complejidad que ello implica y no desde la Europa del siglo XVIII, la Argentina de fines del siglo XIX, ni la del siglo pasado. Un Estado que integre y regule el conjunto de las formas de organización social y comunitaria que se expresan en la realidad. Y que no abandone ninguna de sus obligaciones, intervenga decididamente en la economía, sea protagonista de la política internacional y no deje desprotegidos a los sectores populares.
7- VENCEDORES VENCIDOS (1987)
En 1955 el General Lonardi, luego de encabezar el golpe de Estado que derrocara el segundo gobierno peronista e iniciara la fusiladora, dijo que después del 16 de septiembre no habría “ni vencedores, ni vencidos”. Sabemos hoy cuan falsa fue esta sentencia y como se descargó el odio gorila sobre nuestro movimiento durante décadas. Hoy, todavía, ese odio gorila sigue intacto. Es la cara que adquirió el bloque histórico que se siente dueño de nuestro país y que reverdeció en la oposición durante los gobiernos de Néstor y Cristina.
Pero, así como hay un odio gorila que permanece casi idéntico a si mismo desde hace décadas, también existe un sentimiento de pertenencia a ese nosotros del que hablábamos antes. Sera quizás porque nuestro Pueblo tiene la costumbre de no contentarse con los restos, pero en dictadura o en democracia, con los medios de comunicación a favor o en contra, con el control del Estado o sin el control del mismo, hay una parte importante de nuestra sociedad que no se resigna a ser convidada de piedra en el orden que le quieren imponer. No es necesario hacer un raconto que vaya desde la resistencia peronista a las marchas contra la reforma jubilatoria de Macri, sabemos a qué nos referimos y sabemos que, pese a la voluntad de las clases dominantes y sus cipayos, de imponer una chilenizacion de la Argentina, esto no les será fácil en ningún escenario. Lo que está en discusión, en todo caso, es si el Peronismo se despierta, se pone de pie y logra seguir expresando ese sector de nuestro Pueblo que seguirá luchando, ahora y siempre por un orden que incluya al conjunto del Pueblo y defienda los intereses de la Nación.
CODA
El destino nunca está escrito, la realidad es compleja y muchos son los vectores que operan sobre ella. Pero uno de esos vectores es, y continuará siendo la voluntad colectiva de nuestro Pueblo. No ganamos antes de entrar a la cancha, pero tampoco perdimos en los vestuarios, sabemos que quienes ejercen el rol de árbitro, van a fallar todas las veces que puedan en contra nuestro. No firmemos un empate antes de que empiece el partido. Todavía el futuro depende, en gran medida, de nosotros. Hay que poner el mejor equipo en la cancha para las batallas que se avecinan. Hay que llenar las tribunas y que la hinchada no pare de alentar, porque hay veces que los partidos no solo los ganan los que están en los puestos más visibles. La militancia y nuestro pueblo en su conjunto tienen un rol fundamental. Y nadie puede sustraerse del rol que le asignó la historia. Historia con la cual tenemos una cita el próximo jueves en Plaza de Mayo.